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Abusones con sirena

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Aún estoy calentito. Bastante, la verdad. No es la primera ni la segunda vez que me ocurre, y supongo que no será la última. A ver qué te parece:

Vengo de recoger un coche. Llego a un semáforo y se pone en rojo. Me detengo y me quedo en la ‘pole’. Verde. Meto primera, suelto el embrague y empiezo a andar. Detrás de mí un Focus. A mi derecha un Chrysler Stratus. Piso el embrague y meto segunda. Como es un cruce regulado por semáforos, avanzo confiado: los coches de mi izquierda están detenidos. De repente, un sonido estruendoso se acerca hacia mí por ese lado.

Miro y un Nissan Terrano II del SAMUR esquiva todos los coches, salta por encima del paso de peatones (dejando a la gente petrificada) y enfila hacia mi Jeep Compass. Lo mejor que puedo hacer es seguir adelante: si freno, el Focus me deja el Compass con formato coupé. Mientras piso a fondo en tercera para apartarme cuanto antes, veo al conductor del peculiar vehículo prioritario hacerme ademanes con la mano, con cara de mala leche, mientras me pega bocinazos.

¡Por los pelos! Se podría decir que al convoy formado por el Ford y yo mismo nos peina la trasera. Para mis adentros he repetido el título de la última película de Tarantino en la que el protagonista es Brad Pitt. Aún con la adrenalina, recuerdo la vez en que casi me lleva puesto un camión de bomberos que venía en dirección contraria. Llovía y yo iba en moto: te puedes imaginar cuánta capacidad de maniobra tenía. Y mientras, el tío me decía que me quitara.

¡Pero un momento! Una cosa es llevar una urgencia, un vehículo prioritario o lo que quieras llevar, y otra muy diferente jugar con la seguridad vial. El Código de Circulación lo dice bien clarito en los artículos 193 y 194. Básicamente dicen que pueden esquivar las normas (lógico), pero siempre haciendo “uso ponderado de su régimen especial”, y “extremar las precauciones hasta cerciorarse de que no existe riesgo de atropello a peatones y de que los demás conductores han detenido su marcha” (y esto lo copio literalmente del Manual de normas, señales y seguridad vial de la editorial Pons, el librito que te aprendes cuando vas a la autoescuela).

Hay que ayudar y facilitar el paso de todo tipo de vehículo prioritario. Hasta aquí estamos de acuerdo. Pero no a toda costa... ¡y menos aún cuando está en juego la integridad física de los demás!

Suerte con los abusones con sirena.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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