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AUTO BILD en Corea

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Javier de la Calzada

Hoy he comenzado una aventura que me va a llevar durante los próximos cuatro días por Corea con el objetivo de conocer los motivos por los cuales Hyundai es el cuarto fabriacante mundial de automóviles.

Después de una escala en París, por fin salió con destino Seúl el nuevo Airbus 380 que inauguraba la línea París-Seúl. El avión es lo más impresionante que he visto en mi vida: la parte de arriba, es decir, el segundo piso está dedicado por completo a la clase business y a las doce habitaciones individuales en donde la palabra lujo pierde su sentido. Según pude leer antes de viajar en él, la tripulación (cien por cien oriental de Korean Air) está especialente entrenada para ser más servicial, si cabe, con el pasaje...

Tras doce horas de vuelo en esta alfombra mágica aterrizo en Corea y son las 15.30 de la tarde. Mi reloj biológico me dice que son las nueve de la mañana. Además, el sol está tan bajo que parece que la hora se corresponde con la española. El trámite de control de pasaporte es sencillo. Aquí no maltratan al turista como en EEUU sino que quieren que esté a gusto y que vuelva. Lo notas con todo el mundo con el que te cruzas y sus acrobáticas genuflexiones

Desde el aeropuesto hasta el hotel me ha llamado varias cosas la atención: primero, la casi nula existencia de coches europeos: en una hora de trayecto he podido ver seis Audi y cinco Mercedes, por ejemplo. La segunda, es el color que eligen los coreanos para sus coches: nadie se sale de la norma, todos son o blancos, negros o grises. Según me he podido informar después, el blanco es color que elige la mujer para su vehículo y el negro es la opción del típico hombre de negocios. El conservadurismo de esta cultura es total. Y, tercero, los miles de Hyundai Sonata de color naranja que ejercen de taxi.

La diferencia entre marcas es brutal. De vez en cuando te cruzas con un Daewoo con carrocería en España de Chevrolet, muchos Kia (en Corea se vende el doble de Hyundai que Kia) y ningún, por el momento superdeportivo. Los coreanos son gente humilde a los que no les gusta hacer ostentación de bienes, por eso hacen de la discreción una forma de ser. 

Tras una agradable cena de bienvenida con Frank Ahrens, responsable de comunicación mundial de Hyundai y William Y.W. Lee, responsable de ventas a nivel mundial de la marca, toca descansar un poco porque mañana vuelvo a coger un avión con destino a Ulsan, una localidad a una hora de Seúl donde está la fábrica de Hyundai y donde me aguardan algunas sorpresas... ¿Ver el nuevo Santa Fé? ¿Conducir algún híbrido? ¿Comprobar si es real el proyecto de mini Hyundai urbano

Mañana más... y mejor, claro. 

DÍA 2: PASIÓN POR EL GOLF... Y MINUCIOSIDAD AL PINTAR LOS COCHES

La segunda jornada en Corea ha comenzado muy pronto. A las seis de la mañana un bus me llevaba desde el hotel hasta el aeropuerto para coger un avión con dirección a Ulsan, lugar donde se encuentra la factoría más importante de Hyundai en el mundo. Una vez en el aeropuerto un problema con el billete me ha dejado en tierra pero, una vez más, la amabilidad de los coreanos ha salido a relucir y en poco tiempo ya tenía en mis manos un billete de tren. ¿El problema? En lugar de la hora que iba a tardar en avión, el viaje se prolongaba dos y media... 

Desde la ventanilla de mi tren he podido seguir sacando conclusiones interesantes de los coreanos. Por ejemplo, la obsesión que tienen con las carrocería sedán. El 80% de los coches son de este tipo y el resto pequeños urbanos y poquísmos SUV y compactos. La marca dominante es Hyundai de forma aplastante, hasta el ascensor de mi Hotel Marriott es marca Hyundai. Las berlinas, como digo, son la primera opción de compra y si su capó tiene la figura de un animal, mejor que mejor. Hay coches que si no los tengo delante no sabría decir el modelo e incluso la marca.

Llama mucho la atención la inexistencia, prácticamente de motos en Seúl. Después de haber estado en ciudades como Tokio, Hanoi o Bangkok donde las motos te esquivan en los pasos de cebra, me sorprende que aquí no haya. Pregunto por este asunto y me dicen que en invierno la gente las guarda. Me quedo callado y pienso, ¿pero si hace treinta grados? En fin, culturas diferentes.

Otra locura en Corea es por el golf. Después de una noche en donde no he dormido prácticamente nada por el culpa del jet lag, pasando compulsivamente los canales de la tele con el mando a distancia, veo que ni más ni menos existen tres temáticos sobre golf. Además, desde el tren he pasado por muchas canchas de prácticas... Aquí no manda ni el fútbol ni el baloncesto. Esto es el paraíso del golf. 

La gente vive en edificios altos sin ninguna concesión a la estética y clasificados por números. Esto seguro que lo agradecen los carteros, pero dota a la ciudad de un estilo que no mola nada. 

Una vez llegado a Ulsan, un autobús me lleva a la factoría. Se divide en cinco enormes departamentos en donde se construyen los modelos por segmentos y un puerto desde donde salen los coches hacia sus nuevos dueños en 200 países diferentes. Es increíble lo que ha crecido Hyundai en muy pocos años: en 1967 se funda la compañía, en el 1976 presentan su primer coche, en 1986 comienzan a exportar a EEUU, en 1999 Hyundai y Kia se unen y en 2000 alcanzan la cifra de diez millones de coches exportados

La planta de Ulsan fabrica un millón y medio de coches al año y aunque Hyundai ya tiene fábricas en Japón, Alemania, EEUU o República Checa, esta es la más importante. Trabajan 34.000 empleados y en las instalaciones cuentan con un banco, un hospital, 24 restaurantes y hasta un campo de fútbol. 

Hay datos curiosos que no quiero pasar por alto: tardan diez horas en pintar un coche: es uno de los pasos más lentos por la minuciosidad con la que lo hacen; los trabajadores no llevan un uniforme común; descansan diez minutos cada dos horas y la fábrica no se detiene ningún día del año las 24 horas y 400 conductores tiene como única misión llevar los coches desde el final de la cadena hasta tres inmensos buques que esperan para llevarlos a su nuevo destino. 

Antes de marcharme para coger, esta vez sí, el avión a Seúl me confirman que a España llegará un Hyundai híbrido que rivalizará con el Toyota Prius... La marca coreana tiene unas expectativas muy grandes para los próximos años, aunque me he quedado con las ganas de preguntar qué pasa con el motorsport. Si tan bien van las cosas, ¿a qué esperan para meterse de nuevo en las carreras? Espero que mañana tenga la respuesta. 

Después de una tranquila cena, toca paseo caminando hasta el hotel. Seúl es bastante feo, pero la caballerosidad de sus gentes y la seguridad que se respira por sus calles hacen que te sientas uno más.

Continuaré mañana con la visita al centro de investigación y desarrollo y prueba de un híbrido

DÍA 3: A BORDO DEL SONATA HYBRID Y EL IX35 DE HIDRÓGENO

Mi tercer día en Corea, como los anteriores, empieza muy pronto. A las siete de la mañana un autobús me espera en la recepción del hotel para llevarme hasta Hyundai Steel en Dangjin, a una hora y media de Seúl. Ahí se encuentran los altos hornos de la marca, un lugar de unas dimensiones espectaculares donde se funde el hierro, se transforma en plancha y luego en un rollo gigante de seis milímetros de grosor. 

4.000 personas trabajan en esta fundición todos los días del año durante 24 horas. Cada dos minutos se genera un nuevo rollo (de 25 toneladas cada uno) del cual salen 22 coches. A continuación, cada rollo es trasladado al puerto, junto a los hornos, donde sale hacia múltiples dirección. La complejidad de mover todo este acero es tal que se tardan tres días en cargar un barco completo. Y no solo se utiliza para fabricar coches Hyundai, sino que también lo venden a otras marcas o a otras empresas para otros fines. El proceso es muy mecanizado y casi no figura la mano del hombre. En estos momentos se está construyendo un tercer horno, a partir de ese momento Hyudai pasará del top 20 al top 10 en este aspecto. 

A continuación tocaba visitar Namyang, construIdo en 1995 y donde trabajan 10.000 personas. Aquí se encuentra el centro de diseño, motores, túnel del viento, crash test, test de prototipos y pista de pruebas de 70 km con 71 superficies diferente. Para acceder aquí hay que dejar en la entrada cámaras fotográficas y móviles porque los coches camuflados son una constante. De todos ellos destaco el nuevo Hyundai Santa Fe, el nuevo Hyundai Genesis y una especie de Nissan Cube que, parece, va a fabricar Kia

Para acabar la jornada he podido subirme muy brevemente y conducir unos metros en línea recta (muy pocas conclusiones se pueden sacar) en el Sonata Hybrid, ix35 de higrógeno y un eléctrico del tamaño de un i10. El Sonata es el que más me ha gustado, las marcas saben que aquí está el futuro porque jugar a tener un eléctrico en la gama queda muy bonito, pero, a día de hoy, no van a vender muchos, mientras que la solución híbrida es la más sensata.

Es impresionante el salto que ha pegado Hyundai. Ya no es la marca coreana que hace coches baratos, pero de baja calidad. Ahora se codea con marcas como Toyota o Ford y algunos modelos suyos pueden mirar a la cara sin temor a los de Volkswagen. ¿El futuro es de los coreanos? Posiblemente no se convietan en los reyes del mambo, pero sí que pueden estar seguros de que sus coches tienen calidad de sobra para competir con los mejores y ahí están los resultado.

Antes, por ejemplo, Mitsubushi vendía motores a Hyundai y ahora es al revés. ¿Que sus coches son más caros ahora que antes? Evidentemente, la calidad se paga o ¿no hacen eso las marcas alemanas?

Y un último apunte con respecto al motorsport. En principio reniegan como los de Corea del Norte de instalar Disneylandia en su país, porque es caro, cuesta dinero y encarece los costes. Es decir, que aunque les vaya bien no están para destinar pasta en carreras si, como dicen, no es para ganar. Aunque no me lo han confirmado, hay rumores que un Hyundai Veloster podría participar en dos años en WRC, aunque solo lo haría si tiene posibilidades de ganar y los coreanos no hacen algo por nada. Cuidado.

DÍA 4: VISITA A LA SEDE CENTRAL

Para el último día de mi periplo coreano me espera la visita a la sede central de Hyundai, el auténtico cuartel general en donde trabajan las mentes pensantes de la marca. Un edificio que domina toda la ciudad de Seúl, acristalado, moderno y que da una idea de que el cambio de los coreanos no solo se ha visto reflejado en sus coches sino en su interés por el diseño, las superficies limpias y el moviliario más cool

Tras un breve café en la planta de recepción, si miro hacia arriba veo la inmensidad de la construcción en la que me encuentro. A mi derecha, expuesto, un Equus: el coche de lujo de Hyundai que no se vende en Europa. En Corea es el medio de transporte de los jefazos, pero en Europa estaría considerado a un nivel inferior a los Mercedes Clase E o BMW Serie 5. Por favor, señores de Hyundai: no experimenten con el sector premium en Europa que se la pegan seguro. Lo suyo es hacer coches pequeños, compactos y todoterreno con éxito, no extravangancias alicatadas de cuero hasta el techo. Y si tienen alguna duda pregunten a Volkswagen por su Phaeton, a Citroën por su C6 o a Renault por su Vel Satis...

Ya es mi turno, me vienen a buscar un hombre y una mujer y me acompañan hasta el piso 23. Mientras ellos comentan algo en coreano bastante nerviosos yo me dedico a contemplar la vista desde el ascensor transaparente durante la ascensión. Llegados a la planta me introducen en una sala después de atravesar unas oficinas donde mucha gente trabaja de forma frenética. Algunos me miran con curiosidad. Sí, soy occidental y eso les debe llamar la atención. 

En la sala de grandes dimensiones me aguarda un dossier de la evolución Hyundai. De pronto, Frank Ahrens, director de Comunicación de la marca, entra y me saluda de forma afectiva y me enchufa un vídeo de cómo ha cambiado la situción para ellos de diez años a esta parte. Quedo impresionado, pero no me cuentan nada que no haya podido comprobar en los anteriores tres día. 

Tras el vídeo entran en escena seis destacados miembros de la Hyundai: dos vicepresidentes, dos del departamento de Desarrollo, Marketing y Comunicación. Breve introducción protocolaria por su parte y comienzan las preguntas. Y estas son las principales conclusiones que saco de la conversación:

- En 2000 Hyundai ocupaba la décima posición en el ránking mundial de ventas, hoy es la cuarta (junto a Kia)

- Ha sido decisivo la creación de la fundición de la marca y su centro de diseño. 

- La esponsorización ha conseguido llegar a un gran número de personas en todo el mundo.

- Se está pensando muy seriamente en un híbrido diésel, aunque las reticencias en EEUU hacia este combustible frena la operación. 

- El motorsport no está olvidado para la marca. Incluso la Fórmula 1 en unos años. 

- Sus principales competidores son los asiáticos, pero tienen a una marca en su punto de mira: Volkswagen.

- El coche eléctrico está en fase de desarrollo, aunque son conscientes de los problemas que todavía tienen que superar tanto las marcas como los comprardores como para lanzarse a fondo a por ello. 

No hay tiempo para más. Un autobús me espera para llevarme directamente al aeropuerto y concluir, de esta manera, cuatro días en Corea apasionantes en donde, además de conocer un  país y una cultura nuevos, me reafirmo en mi convencimiento de que Hyundai es una marca en claro periodo de ascenso y que parece no encontrar techo. Son la envidia de muchos competidores, lo saben pero tampoco se van a dormir en los laureles. 

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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