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Ya puestos, máquinas ponemultas en los coches...

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En la última carta semanal en la que tengo el honor de dirigirme a los lectores de la revista AUTO BILD [número 408, fecha de portada 11 de octubre de 2013], mencioné las declaraciones de la directora general de Tráfico, María Seguí, en las que anunciaba que ya no se invertiría en radares fijos (¡¡¡bien!!!), sino que el dinero iría para radares móviles y recursos humanos para utilizarlos. "El tiempo de los radares fijos creo que está pasado", señaló a este respecto Seguí.

En cierto modo, tiene lógica esta medida, pues del mismo modo que la telefonía fija está perdiendo peso a pasos agigantados –el otro día me topé con una cabina en un aeropuerto, y eché unas lagrimitas de nostalgia– en favor de los móviles, con los radares ocurre tres cuartos de lo mismo. La evolución de la tecnología es imparable.

Pero mi mente retorcida me llevó a darle vueltas al asunto y llegué a la conclusión de que, ya puestos, en vez de radares móviles quizá lo que interesaría es que el Gobierno, a golpe de Decreto, obligara a los constructores de automóviles a instalar en cada coche una máquina ponemultas que emitiera sanciones automáticamente cada vez que nos 'distrajéramos' con el pie en el acelerador, por ejemplo. Me imagino ya la siniestra escena: autopista, línea recta, tres carriles, ni el Tato, yo solito, circulando a 129 km/h y… suena una estridente alarma y ¡zas!, mensaje de voz enlatada proveniente de la máquina expendedora de multas: "Su sanción. Gracias".

multa de tráfico

Y así seguía yo soñando con esa escena perversa y siniestra hasta que el gran José Armando Gómez, redactor de Motorsport de AUTO BILD, me devolvió a la realidad. "Ni por asomo obligarían a esta medida; date cuenta de que si todo el mundo supiera que esa máquina ponemultas actúa sí o sí, nadie correría y, por ende, no habría multas y el Estado no ingresaría", me explicó. Un argumento muy sólido, máxime teniendo en cuenta que en los Presupuestos Generales del Estado de 2014 se prevén unos ingresos por sanciones y multas de tráfico por un montante total de 384 millones de euros. Y está la cosa como para renunciar a tan pingües ingresos…

coche cazado por helicóptoro de DGT

Ahora me queda conocer vuestra opinión, queridos lectores: ¿creeís que sería una alternativa interesante instalar máquinas ponemultas en los coches? ¿Se tos ocurre alguna maldad como la mía? ¡Gracias!

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Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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