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Ganándose el respeto

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Ampliar fronteras, descubrir nuevos lugares, conocer el mundo... ha sido desde el origen del ser humano algo innato en él. Viajar, es un placer para cualquiera, y hacerlo en las mejores condiciones es vital: la frecuencia con la que lo hagas depende de ello.

En la mayoría de las ocasiones, el medio de transporte elegido es el coche. Confort, consumo, seguridad y respuesta en carretera son cimientos en los que apoyarse para que las condiciones del trayecto sean las óptimas. Para averiguar si el Ford Focus EcoBoost garantiza una feliz travesía, he decidido ponerlo a prueba de nuevo: 250 kilómetros por recorrer entre carreteras nacionales y autovías, cuatro ocupantes y equipaje abundante.

La marca americana tiene como lema “Go further” -o lo que es lo mismo, “Ir más allá”-. Hasta dónde están dispuestos a llegar es el objetivo a averiguar.

Ganándose el respeto

Nada más ponerme en camino me encuentro con una carretera secundaria repleta de curvas que atraviesan las montañas del sur de Extremadura. Son calzadas que exigen finura tanto al conductor como al automóvil: tacto en la dirección y un motor que rinda a altas y a bajas vueltas en las empinadas cuestas. Hasta aquí el Ecoboost se defiende como un 'jabato', transmitiendo ganas de dejar el pabellón bien alto. Pero no es esto lo que sorprende, sino la ausencia de vibraciones que acostumbran los propulsores de estas características.

Tomando dirección Sevilla me incorporo a la autovía Ruta Vía de la Plata, un camino que ya recorría el hombre en tiempos romanos y donde, en numerosos tramos, el paisaje eclipsa la bonita estética del Focus. Fijado el control de crucero en 120 km/h, el consumo medio es de 6,4 l/100 km al llegar a la capital andaluza. La sensación de ir en una berlina de mayor amplitud recae principalmente en la comodidad de los pasajeros que van sentados en la parte trasera y en la buena insonorización del habitáculo. El ruido del tricilíndrico es inapreciable: si os pesa el pie oiréis un leve rugir al pasar de 4.000 rpm.

Después de atravesar la ciudad de la Giralda tomo rumbo hacia Cádiz, última ciudad que me encuentro antes de llegar a mi destino. Tras cruzar ésta ocurre lo esperado: atasco. Ahora, lo más probable es que el gasto de combustible se dispare con continuos toques al acelerador en marchas cortas. El Start-Stop juega un papel fundamental en los quince minutos que permanezco envuelto en el parón, reduciendo lo posible en consumo medio. Aún así, este asciende hasta los 6,6 litros.

Ganándose el respeto

La Barrosa, punto final del recorrido y lugar de reflexión. A evaluar, sobre todo el notable confort con el que se viaja, la más que decente respuesta del motor Ecoboost 1.0 125 CV con carga y el consumo.

No os perdáis el próximo post: queda muy poco para conocer el veredicto final.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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