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La paja en el ojo ajeno

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Carlos Flores

Tras leer las numerosas críticas a la actuación de Ferrari en el reciente Gran Premio de Alemania, especialmente en medios y foros británicos, una palabra me viene a la cabeza: hipocresía.


Recordando lo sucedido en el mismo escenario un par de años atrás, buceé un poco en las hemerotecas de la red. Hallé material de sobra, pero me decidí por esta breve noticia que resume muy bien lo que pasó. Fue publicada en el diario The Guardian el 21 de julio de 2008.


“Ron Dennis, director de equipo de McLaren, salió ayer rápidamente al paso para rechazar cualquier insinuación de que sus pilotos hubieran seguido órdenes de equipo, prohibidas en la Fórmula 1. La victoria de Lewis Hamilton en el Gran Premio de Alemania dependió en buena medida de su compañero, Heikki Kovalainen, que le facilitó el adelantamiento en la vuelta 52 después de que el británico saliera de su segunda parada en boxes por detrás del finlandés”.


“Según Dennis, a Kovalainen sólo se le dijo que Hamilton estaba siendo mucho más rápido, y fue él mismo quien tomó la decisión de dejarle pasar. ‘Lo único que decimos a nuestros pilotos es cuál es su ritmo en relación al otro, y en última instancia son ellos los que toman la decisión’, afirmó Dennis. ‘Lewis fue casi un segundo más rápido que Heikki durante toda la carrera y cuando se lo comunicamos, simplemente se dejó pasar’”.


Así pues, si en aquella ocasión no hubo sanción, ni escándalo, ni convocatoria del Consejo Mundial, ¿por qué ahora? Por tres palabras de Rob Smedley, ingeniero de carrera de Massa. “Buen chico. Lo siento”. Habrá quien piense que también por la forma ostensible que eligió Massa para hacer lo que debía, pero discrepo: igual de evidente fue la maniobra de Kovalainen, al que sólo le faltó sacar el brazo para decirle a Hamilton por dónde tenía que pasar.


La verdad es que Ferrari vuelve a estar en liza por el Mundial; McLaren y Red Bull lo saben, y, perdón por la expresión, se están meando en los pantalones. De ahí sus patéticas crítícas, y sus cínicas afirmaciones de que ellos sí dejan que sus pilotos compitan entre sí. ¡Por favor! ¿Cuántas veces hemos oído este año “ahorrad gasolina”? ¿Nos quieren hacer creer que ellos no han usado nunca órdenes de equipo? ¿O qué tampoco lo harán cuando, llegado el caso, sólo uno de sus pilotos tenga opciones pero se encuentre por detrás de su compañero? A otro perro con ese hueso. Que nadie dude de que lo harán. Y será lógico.


Por lo que a los súbditos de su graciosa Majestad Isabel respecta, si no se tratara de Alonso y Ferrari, no habría tema.

Ferrari está de vuelta. Alonso está de vuelta. Temedles.

 

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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